El texto aprobado el martes en la sesión ordinaria, surgió de la unificación de las iniciativas que presentó el diputado diamantino Jorge Monge (Expte. 21313 de 2015) y la diputada justicialista, Miriam Lambert (Expte. 23154 de 2018). Ahora resta la revisión en la Cámara de Senadores que de no tener modificaciones puede ser votada en las próximas sesiones. Y luego restaría la reglamentación del ejecutivo provincial para que quede en vigencia la ley.
En ocasión de fundamentar su proyecto, el diputado Monge precisó que «este tipo de trastornos (Trastorno Autista, Trastorno de Asperger, Síndrome de Rett, Trastorno Desintegrativo y Trastorno del Desarrollo no Especificado), en general entendidos y definidos como un conjunto de síntomas, tienen inicio a muy temprana edad, y afectan o pueden afectar múltiples áreas del desarrollo.
Particularmente, impactan las áreas vinculadas a las habilidades para la interacción social, las capacidades comunicativas y lingüísticas, las vinculadas al desarrollo de actividades e intereses, y las habilidades para el juego.
Los primeros síntomas suelen ser muchas veces inadvertidos, por resultar poco claros, y suele ocurrir que provocan en los padres y responsables de los niños sentimientos de inquietud, angustia, y temor más que una actitud o reacción tendiente a la búsqueda de ayuda profesional vía la consulta correspondiente.
Los trastornos del espectro autista tienen un curso continuo, donde algunas personas mejoran y otras presentan deterioros conductuales, revistiendo fundamental importancia la detección e intervención profesional especializada temprana de los niños con alteraciones del desarrollo, que se enmarcan dentro de un cuadro de espectro autista, a los fines de favorecer las posibilidades de un pronóstico positivo de su evolución.
En este sentido es dable destacar la significativa relevancia de que tanto los profesionales de la salud, particularmente médicos pediatras, enfermeros, padres, y docentes, estén suficientemente interiorizados sobre los indicios e indicadores de la existencia de algún trastorno o alteración que afecte el desarrollo normal del niño, a los fines de su pronta derivación a los profesionales especializados en esta temática para que procedan a una evaluación diagnóstica íntegra correspondiente , y que para el supuesto que el caso lo amerite se viabilice y facilite el acceso a las prestaciones e intervenciones que se requieran para su atención.
Así, diversos estudios de tipo estadísticos indican que una detección a temprana edad, con la intervención consecuente, y un adecuado contexto educativo, acrecienta las posibilidades de que el niño afectado pueda tener una mejoría en su pronóstico, incluyendo aspectos como el lenguaje y el rendimiento intelectual» señaló el legislador radical Monge.