Francisco Altamirano, presidente del Complejo de Termas de María Grande, en diálogo con ‘La Tarde Informativa”, expresó este pedido por los inconvenientes que debieron atravesar en la pandemia al no estar enmarcados como rubro.
“El primer desafío fue tener una apertura, desde el 4 de diciembre pasado, ya que dejamos casi 9 meses sin tener una sola entrada”, se sinceró en el programa emitido de lunes a viernes, de 17 a 19, por Remansotv.com.
Altamirano realizó una solicitud que se enmarca en la burocracia y que les afectó de manera directa en el último tiempo. “No existe la actividad económica que refleje el termalismo, que en Entre Ríos nace con Federación, desde el 1993”, dijo, y detalló: “La actividad económica no existe como tal y es muy importante porque cuando hacés un parate como el que nos sucedió, y convocás a una moratoria o un plan de pago, o querés acceder a alguna financiación o préstamo, esto se encuadra a la actividad económica que desarrollás”.
“Los ATP, la ayuda económica que dio el gobierno, debían encuadrarse en alguna de ellas pero en el último tramo del ATP, algunas termas que funcionaban como hotelería en su actividad económica y perdieron el ATP”, ejemplificó, y solicitó: “Hasta el día de hoy esperamos que el termalismo sea reconocido como una actividad económica”.
“Veníamos de una temporada alta, algo que no es muy común, y ya habíamos vendido toda la reserva para el fin de semana del 24 de marzo y toda la Semana Santa, y nos vimos obligados a devolver el dinero al no tener previsión”, recordó respecto del inicio de la pandemia que truncó los emprendimientos turísticos en 2020, y agregó: “Nos quedamos sin horizontes, después de la reunión que mantuvimos en la Vieja Usina, en Paraná, que se postergó varias veces, con la mayoría de los complejos se decidió un cierre el 18 de marzo y el 20 sale la Ley de prohibición de las actividades”.
La provincia de Entre Ríos cuenta con 15 complejos termales, de los cuales 9 son privados. “El 4 de diciembre pusimos el complejo a nuevo, para volver a estar trabajando en las mejores condiciones”, expresó Altamirano.
“Somos una terma importante para la ciudad de María Grande, todos los empleados nuestros son de la ciudad. Contamos con más de 700 camas en el complejo y otras 300 por fuera, en cabañas y complejos, restaurantes, boliches, toda una actividad relacionada al turismo local. Teníamos el desafío de volver a poner en marcha al complejo y sin horizonte”, continuó, y sostuvo que “pese a no tener certezas, el 4 de diciembre abrimos el complejo y tomamos el desplazamiento que hubo del 4 al 31 de diciembre como un aprendizaje de cómo se iba a comportar el turista”.
Protocolos.
“El complejo tiene 42 hectáreas, no hay necesidad de estar hacinados”, contó, ya que “por espacio, la reglamentación indica que tiene que haber una persona por cada 3 metros cuadrados, podríamos tener 15 mil personas y hemos pedido una habilitación por 5 mil. Estamos bien en ese sentido”.
Al realizar una primera evaluación de lo que ha sido esta temporada atípica, el responsable del Complejo termal puntualizó que “la misma gente se tomaba un día más, o dos, en el complejo, ya que al ver cómo funcionaba, tomó confianza y confió en poder quedarse unos días más, con la tranquilidad del buen desarrollo de los protocolos”.
“De todas maneras estamos trabajando con un corte de boleto que equivale al 30 o 40% interanual, diciembre, enero y febrero”, destacó, mientras señaló que “estamos enfrente a otro tipo de turismo”.
En tanto, Altamirano adelantó que ya se preparan para eventos deportivos y para la Semana Santa. “El 27 de febrero hay un evento nacional, la ‘Odisea’ que es una carrera campo traviesa que se corre de noche y convoca a 700 participantes, que vienen de Córdoba, Santa Fe, Corrientes, Misiones y Buenos Aires, y todos ellos serán alojados en las termas, así como sus familiares”.
La disposición amplia del Complejo termal permite este tipo de afluencia, ya que cuenta con 196 cabañas, que no tienen medianeras por una conformación que se hizo y cuentan con retiros distribuidos de la siguiente manera: 5 metros al frente, 2,50 a los costados y 3 metros al fondo, lo que permite que no haya contacto de una cabaña con otra.
“Tenemos un lago natural de 2 hectáreas, con flora y fauna autóctona”, agregó Altamirano, quien adelantó: “Hoy tenemos reservas al 60% para Semana Santa”.
Por último, en el contexto inédito que se atraviesa y ante la posibilidad de poder desarrollar la actividad, Altamirano concluyó: “Agradecemos la voluntad de la gente, porque podríamos haber invertido una fortuna en infraestructura pero la gente entendió que esto se logra entre todos. La gente respeta los lugares, los espacios, hemos crecido en educación”.