El sector está en crisis. Quieren tener participación en el comercio internacional de la hidrovía. “No le pedimos nada al gobierno y no pretendemos que los clientes nos paguen más a nosotros. Lo que queremos es competitividad”. La frase es lanzada sobre la mesa en el lobby de un hotel de la calle Bolívar por un grupo de empresarios navieros que integran la Federación Argentina de Empresas Navieras (Fena).
La compleja situación del sector llevó a los empresarios a confluir dentro de una federación que agrupa a cuatro cámaras y a unas 20 empresas. Nada mal para sectores que compiten entre sí para lograr contratos. Desde allí trabajan para promover un proyecto de ley que les permita recuperar competitividad y que la marina mercante no quede limitada al mercado de cabotaje, sino que también pueda proyectarse a los tráficos internacionales de la hidrovía.
Gustavo Rodríguez (Maruba), Cecilia Virasoro (National Shipping) y José Pablo Elverdín (Caena-Argenmar) conversaron con LPO sobre la necesidad de un nuevo marco jurídico, impositivo, laboral y crediticio para la marina mercante. Durante la charla se muestran expectantes con el fin del kirchnerismo y la llagada de Mauricio Macri a la Rosada, pero aclaran aún no tienen en claro cuál es la política del nuevo gobierno para la marina mercante.
En 2014, cerca de 47.000 millones de dólares fueron exportados a través del transporte marítimo internacional, pero prácticamente la totalidad de los envíos se realizaron a través de empresas extranjeras, implicando una facturación cercana a los 1.650 millones de dólares.
Los navieros sostienen que el ingreso de empresas nacionales en este mercado implicaría la creación de más de 15.200 puestos de trabajo, un aumento del 0,2% del empleo en blanco y el ahorro de 1.650 millones de dólares de reservas.
La Hidrovía es la apuesta del sector toda vez que es considerada la espina dorsal de la agricultura en Sudamérica.
A pesar de que alguna vez llegó a ocupar alguna vez el quinto lugar en el mundo en materia de flota mercante, hoy apenas el 1% de las embarcaciones que navegan la hidrovía Paraná-Paraguay con soja, minerales e hidrocarburos pertenece a la alicaída flota argentina.
Con los años, mientras Argentina dio la espalda a la marina mercante, Paraguay y Bolivia se fueron adueñando de esa flota. Paraguay cuenta hoy con la tercera flota fluvial del mundo. Y la Argentina tiene menos una docena de embarcaciones mercantes navegando por el río.