Por José Luis Mastrolorenzo:
La historia grande de un país muchas veces se escribe en rincones pequeños, olvidados por los manuales, pero fundamentales en la construcción del presente. Tal es el caso de Hernandarias, un territorio cuya raíz se hunde en los albores de la conquista y la colonización del Río de la Plata, y que hoy merece con justicia ser reconocido como parte del patrimonio histórico argentino.
El 15 de noviembre de 1573, Juan de Garay, en su empresa fundacional de Santa Fe, asignó estas tierras dentro de su jurisdicción y las reservó para sí mismo con el objetivo de establecer una estancia ganadera. Ordenó traer animales desde Asunción, dando inicio así a una actividad que marcaría el destino productivo de la región. A su muerte, su hija Jerónima heredó el lugar y se casó con Hernando Arias de Saavedra, conocido como Hernandarias, quien no sólo continuó la labor ganadera, sino que transformó la estancia en un bastión de defensa ante los ataques indígenas y otras amenazas. Fue él quien mandó plantar una cruz de palo en el establecimiento, como señal para los navegantes que surcaban el río.
El reparto del resto del territorio entrerriano que hiciera Garay entre los españoles que lo acompañaban fue en beneficio de: Feliciano, Alcaraz, Antonio Tomás y Ozuna, dio forma a una geografía que, aunque fragmentada, guarda en común un origen fundacional. Hernandarias, además, ordenó crear un poblado que protegiera a los pueblos originarios en lo que hoy conocemos como Piedras Blancas, marcando una temprana visión integradora y humanista poco habitual en su época.
Con el traslado de Santa Fe desde Cayastá a su actual emplazamiento, estas tierras quedaron relegadas y vulnerables. Solo en 1872, casi tres siglos después, se fundó formalmente la Colonia Hernandarias, inspirada en modelos exitosos como el de Esperanza. A pesar de los altibajos, los ciclos de auge y caída, la comunidad persistió, echó raíces y forjó identidad.
En 1973, al cumplir cien años de su fundación como colonia y en reconocimiento a esta rica trayectoria, el entonces gobernador Ricardo Fevre declaró la región como “Comarca Fundadora” mediante el decreto 1386, ordenando la colocación de un monumento y una placa conmemorativa. La misma llevaría la leyenda “ Comarca Fundadora. En estas tierras por primera vez realizaron la exploración visionaria los conquistadores españoles capitaneados por Juan de Garay y en ella Establecieron sus concesiones terreras/ En esta región se instaló la primera estancia del territorio entrerriano por Hernando Arias de Saavedra/ a fines del siglo XVI/ Homenaje del Pueblo y Gobierno de Entre Ríos. En el Centenario de la fundación de Villa Hernandarias/ 1.872-28 de mayo 1972”
Sin embargo, la placa fue retirada a los pocos minutos por un supuesto error tipográfico y, medio siglo después, nunca fue repuesta. ¿Será esa omisión simbólica la causa del olvido? ¿Será por eso que esta historia aún no figura en los libros ni en las rutas del patrimonio?
Hoy más que nunca es necesario poner a Hernandarias en el mapa del patrimonio histórico argentino, no sólo como un acto de justicia con el pasado, sino también como un compromiso con el futuro. Reconocer este legado es reconocer a quienes sembraron identidad, memoria y cultura en estas tierras. Que la historia escrita a orillas del río vuelva a leerse en voz alta. Ha llegado el tiempo de volver a poner la placa y con ella, la dignidad histórica de Hernandarias.