Una intoxicación alimentaria es más común que suceda cuando se consumen alimentos al aire libre, en grandes reuniones sociales o en restaurantes. De allí, la importancia de tener sumo cuidado fundamentalmente para no sufrir consecuencias de mayor gravedad, en lo que hace a la manipulación de los alimentos que se van a utilizar, consecuentemente los utensilios para su preparación, el uso de agua segura y el respeto inexorable por mantener la cadena de frío.
Los síntomas de una intoxicación complican en mayor medida todo lo que tenga que ver con el aparato digestivo. También puede expresarse con vómitos y diarreas, quizás con sangre, cólicos, dolores musculares y cierto estado de debilidad.
En general los síntomas comienzan a aparecer al cabo de 2 a 6 horas y en la mayoría de los casos la recuperación se comienza a notar en no más de 48 horas. No obstante, hay intoxicaciones más severas que pueden llegar a generar consecuencias más graves.
“Evitar las intoxicaciones a reducirlas a su mínima expresión es un problema de conciencia y de rigurosidad a la hora de preparar alimentos, fundamentalmente, en todo lo que tiene que ver con su manipulación, con consumir agua segura y con estar atento a respetar la cadena de frío”, aseguró la responsable del Centro de Información, Asesoramiento y Asistencia Toxicológica dependiente de la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud, la doctora Analía Corujo.
Una de las causas importantes que lleva a este tipo de intoxicación es la interacción de los alimentos con plagas, como por ejemplo moscas, roedores y cucarachas, que funcionan como vectores contaminantes. Otras, es la ocasionada por la presencia de sustancias tóxicas como pesticidas, medicamentos, solventes, etc. en comidas y bebidas.
Existen franjas de mayor permeabilidad a las intoxicaciones, como las embarazadas, chicos, lactantes y ancianos. También se encuentran entre los grupos de mayor vulnerabilidad, los enfermos renales, los diabéticos, quienes son portadores del VIH/SIDA etc.
Corujo advirtió que lograr una mejor calidad de vida tiene mucho que ver con lo que se hace a diario cuando de la alimentación se trata y que va más allá incluso de los cuidados a tener en cuenta para evitar intoxicaciones.
Dijo en ese sentido la doctora, que incorporar algunas conductas cotidianas, rutinarias, que no traen aparejadas demasiadas complicaciones, son tremendamente útiles para evitar consecuencias que en general leves, en algún otro caso puede generar problemas mucho más comprometedores para la salud.
El buen uso del agua
Sobre frutas y verduras, Corujo alentó a realizar una buena higiene antes de consumirlas sobre todo si no van a cocción y para ello tener en cuenta la calidad del agua que se utiliza. Hervirla, ponerle un par de gotas de lavandina por litro de agua o usar agua mineral son opciones válidas. Pero así como debe ponerse especial hincapié en la manipulación de alimentos también lo debe hacerse con los utensilios que se utilizan para prepararlos.
En relación con el uso correcto de la heladera, la profesional indicó tener cuidado en no llenarla demasiado para que no pierda la capacidad de enfriamiento, atender a que no se derramen líquidos sobre otros alimentos y usar taper o papel film.
Otra de las recomendaciones importantes es que luego de hacer las compras no deben pasar más de 2 horas para volver a poner los productos bajo frío. Luego, en la heladera, los alimentos cocidos deben permanecer en la parte superior, abajo las carnes crudas, en los cajones las frutas y verduras, y en la puerta, huevos, leche y bebidas.
En relación con los alimentos no perecederos, hay que prestarle atención a la posibilidad de que aunque guardados puede observarse con el tiempo la proliferación de algún tipo de colonia, sea de gorgojos o de la polilla gris, casos que pueden darse en los fideos, arroz, harinas y avena.
En el caso de los alimentos envasados en latas, como en el resto de los casos, hay que poner atención en su fecha de vencimiento y en que la lata no esté abollada ni oxidada. Al golpearse la lata y hundirse se corre el riesgo de que el barniz interno se resquebraje y el alimento empiece a tener problemas.
Corujo reiteró especialmente poner el máximo hincapié en el agua con el que se prepara la mamadera del lactante y cuidar el consumo de mayonesas y cremas, sobre todo en esta época en la que se avecina la influencia vernácula.
La intoxicación es un problema mundial, y una enfermedad de notificación obligatoria, donde el profesional que diagnostica comunica el hecho al sistema de vigilancia epidemiológica, para luego el Estado ejercer su rol de poder de policía.