#Clima #Análisis #Pronósticos
Medios de comunicación que tratan la temática del clima difundieron un informe sobre el «aumentó la probabilidad de que se concrete el evento La Niña. Los pronósticos están mostrando que las principales consecuencias empezarían a mediados de la primavera.
En el análisis actual de la temperatura de la superficie del mar en el Océano Pacífico tropical se observa que los valores se mantienen por debajo de lo normal, aunque sólo por unas décimas de grado. Esto está llevando a la mayoría de los modelos meteorológicos de largo plazo a proyectar un evento «La Niña» para el período de la primavera.
La variación que se ha observado en las últimas semanas, podría significar dos cuestiones a considerar: la probabilidad que el inicio del evento se retrase o que el evento sea de menor intensidad a lo previsto.
Por el momento los modelos siguen insistiendo que durante la primavera comenzaría a gestarse el evento La Niña, y que sería de débil intensidad. Esta previsión se mantiene relativamente estable en los pronósticos realizados desde el otoño, lo que genera un mayor rango de certeza. Pero esto no implica que ya esté todo definido, y tanto el inicio del evento, como su intensidad se irán determinando con el paso de las próximas semanas, publica el sitio Meteored.
Qué impactos podríamos esperar
Típicamente, los eventos La Niña, disminuyen el ingreso normal de humedad a nuestro país, esto lleva a la consecuencia de reducir el volumen de lluvias especialmente en el período estival. Las regiones que presentan el mayor impacto se concentran sobre la franja este de Argentina.
En las proyecciones actuales, los pronósticos están mostrando que las principales consecuencias comenzarían a hacerse sentir a mediados de la primavera, mostrando tendencias de lluvia inferior a lo normal a partir de fines de octubre o comienzos de noviembre y podrían extenderse hasta marzo o abril.
Otro de los aspectos típicos de los eventos La Niña, está relacionado con la variabilidad térmica, ya que en este tipo de casos, la región es más susceptible a cambios bruscos de temperatura, potenciando así, las posibles olas de calor más recurrentes, así como también los ingresos de aire frío, pudiendo generar heladas tardías.